MENTAL, UN GIRO
LINGÜÍSTICO
UNIVERSAL

El lenguaje como centro de todo

“El lenguaje es la casa del ser y en su morada habita el hombre” (Martin Heidegger)

“El problema de la filosofía no es la verdad, sino el lenguaje” (Martin Heidegger)



El “Giro Lingüístico”

El origen

La expresión “giro lingüístico” fue acuñada por Gustav Bergmann en 1953 en su obra “Logic and Reality” (Lógica y Realidad) [1964], pero la popularizó Richard Rorty a través de su obra de 1967 “The Linguistic Turn” (El Giro Língüístico) [2009], en la que afirmaba que la “filosofía lingüística” era la nueva revolución filosófica.

Aunque el enfoque de Bergmann era de tipo metodológico, el “giro lingüístico” era para Rorty algo más que la adopción de un nuevo método: el lenguaje es la clave para resolver (o disolver) los problemas filosóficos, y consiste en analizar en profundidad el lenguaje ordinario y reformarlo para crear un esquema de lenguaje ideal que nos permita comprender la verdadera naturaleza de los problemas filosóficos.

La filosofía de Rorty –uno de los filósofos norteamericanos más importantes– siguiendo la corriente pragmatista de la filosofía americana, es la siguiente:
El concepto de “giro lingüístico”. Un nuevo paradigma

Hay numerosas interpretaciones del concepto de “giro lingüístico”. Esta expresión se ha utilizado en diferentes contextos, incluso fuera de la filosofía. No obstante, podemos sintetizar sus principales características: En el “giro lingüístico”, la filosofía analítica es solo un aspecto, pues no cubre todas las características. Aunque hay autores que identifican “filosofía analítica” con “giro lingüístico”. Por ejemplo, Michael Dummett cree que el “giro lingüístico” lo hizo Frege al fundar la filosofía analítica, la filosofía del lenguaje. Para Gustav Bergmann, el “giro lingüístico” lo realizó Wittgenstein con el Tractatus.

Históricamente, desde Aristóteles, el lenguaje ha sido reducido a un mero instrumento para expresar el pensamiento. El “giro lingüístico” supone un cambio radical de paradigma, al situar al lenguaje como entidad central, esencial, profunda y fundamental. Por lo tanto, es más productivo y directo investigar el lenguaje que otros aspectos más o menos superficiales de la realidad. El lenguaje es el fundamento de la comprensión de la realidad.

El cambio de paradigma que supone el “giro lingüístico” es pasar de las relaciones sujeto-objeto (o epistemología-ontología) a las relaciones entre formas lingüísticas y sus significados. El “giro lingüístico” permite utilizar el lenguaje como vehículo seguro con el que adentrarse en las difusos terrenos de la realidad.


Los Hitos del Giro Lingüístico

A lo largo de la historia ha habido varios cambios de paradigma del lenguaje, desde una concepción pragmatista y superficial hasta una concepción universalista y profunda. Destacamos las siguientes:


Nietzsche

Nietzsche intuyó que el lenguaje era la clave de todo, incluyendo su concepto de “superhombre”, un hombre con una nueva forma de pensar, sentir y actuar.
Heidegger

Heidegger convirtió el lenguaje en el tema central de sus reflexiones filosóficas:
Humboldt
Frege

Frege fue el pionero del giro lingüístico. Aspiraba a encontrar un lenguaje conceptual que expresara perfectamente la estructura lógica de la realidad. Creía que existía un paralelismo entre pensamiento y lenguaje, de que el lenguaje es la expresión sensible del pensamiento. Y analizó lógicamente las formas de expresión lingüística.


Charles S. Peirce

Peirce anticipó el giro lingüístico de la filosofía al fundar la semiótica, la teoría general de los signos.


Wittgenstein

Según la gran mayoría de autores, el primer Wittgenstein (el del Tractatus, de 1922), fue el que dio el “giro lingüístico” a la filosofía, aunque fueron Frege, G.E. Moore y Russell los que prepararon el camino. El lenguaje se constituyó como el elemento articular de toda la filosofía del siglo XX. Las ideas por las que Wittgenstein se considera el realizador del “giro lingüístico” son las siguientes: Posteriormente, el segundo Wittgenstein (el de Investigaciones Filosóficas) realizó otro “segundo giro lingüístico”, un giro de 180º, al rechazar los postulados del Tractatus y pasar desde una posición teórica, profunda y universalista, a una posición pragmática, superficial y particularista:
El “Giro Lingüístico” en MENTAL

MENTAL es el resultado de un proceso de suprema abstracción, simplificación y universalización que supone un “giro lingüístico” universal. MENTAL cumple las características asociadas al “giro lingüístico”. Destacamos también características unificadoras: Con MENTAL no hay separación entre cuestiones de sustancia y cuestiones de significado, es decir, entre ontología y epistemología. Es una superación de la vieja teoría del conocimiento basado en la separación entre objeto cognoscible y sujeto cognoscente.

Para la Ontología del Lenguaje (de Flores y Echeverría), el lenguaje natural es el centro de lo humano, pero con MENTAL tenemos el verdadero centro, el centro universal, el centro de todas las cosas, la raíz de todo. MENTAL es el centro de la comprensión del mundo, el lenguaje esencial que refleja la estructura abstracta de la realidad interna y externa. Es la conciencia del mundo y de nosotros mismos.

El nuevo lenguaje en el que estamos inmersos actualmente es Internet. Un mundo global requiere un lenguaje global común. Es importantísimo el papel del lenguaje formal de la ciencia como factor unificador en la codificación y transmisión del conocimiento. MENTAL, como lenguaje universal, puede desempeñar ese papel fundamental. Un cambio de paradigma verdaderamente universal requiere forzosamente un lenguaje ideal, esencialista.



Adenda

El “ascenso semántico”, de Quine como giro lingüístico

La expresión “ascenso semántico” (semantic ascent) fue introducida por Quine y se refiere a que las expresiones del lenguaje que utilizamos para referirnos al mundo objetivo se convierten en algo también objetivo a las que podemos referirnos con el lenguaje. Por ejemplo, si decimos “Madrid es una ciudad”, podemos pasar a “’Madrid’ es el nombre de una ciudad” o pasar de “Platón fue un filósofo griego” a “’Platón fue un filósofo griego’ es verdad”. Este cambio es un ascenso porque las expresiones del nuevo nivel se refieren a expresiones del lenguaje, por lo que pertenecen al metalenguaje. El ascenso semántico, por lo tanto: El “ascenso semántico” no es una metodología general para la filosofía. MENTAL es más general y también se puede realizar el “ascenso semántico”, pues es un lenguaje y un metalenguaje, por lo que puede hacer referencia a sus propias expresiones. De hecho, ésta es una característica que forma parte esencial de MENTAL, al ser la unión integral de pares de opuestos, incluyendo el par lenguaje-metalenguaje. MENTAL realmente no hace referencia a la realidad física, sino a una realidad abstracta. Pero, a nivel profundo, la realidad física, la abstracta y la lingüística comparten los mismos arquetipos primarios. Dicho en otras palabras: la ontología de la realidad, la ontología de la epistemología y la ontología del lenguaje son la misma cosa.


Bibliografía